Diferencia entre calificación energética A y G
Entre estos inmuebles encontramos los edificios de nueva construcción; los edificios o partes de estos existentes que se vendan o alquilen a un nuevo arrendatario siempre que no dispongan de un certificado en vigor; edificios o partes de estos en los que una autoridad pública ocupe una superficie útil total superior a 250 metros cuadrados que sean frecuentados habitualmente por el público.
¿Qué es la calificación energética?
La calificación energética de un edificio, al igual de que la de los electrodomésticos, determina la cantidad de energía necesaria para satisfacer la demanda de un inmueble en condiciones de funcionamiento y ocupación regulares.
Esta medición se clasifica en una escala de letras de la A a la G, donde la A determina que se trata de un edificio enteramente eficiente energéticamente —diremos que un edificio es eficiente energéticamente cuando su consumo de energía es menor a la media para satisfacer la demanda y en definitiva óptimo—.
En esta jerarquización de la eficiencia energética, un inmueble con una clasificación energética G señala que no es nada eficiente.
Así, un edificio cuya clasificación energética sea la A supone un consumo de energía mucho menor que uno cuya categorización sea la G.
Veamos con detenimiento el significado de las distintas letras que conforman la escala de clasificación energética de un inmueble:
- Clasificación energética A, B y C: Un inmueble de la categoría A implica una serie de medidas de eficiencia energética que parten de la propia construcción. Se tiene en cuenta la orientación del edificio, los materiales de los que se compone, el aislamiento del mismo, unos sistemas de climatización eficientes y, por supuesto, la utilización de energías renovables para cubrir la mayor parte de la demanda. La B y la C realizan un consumo de energía un poco mayor que la A, pero se encuentran dentro de los parámetros de eficiencia energética.
- Clasificación energética D y E: Estas letras significan que el consumo de los inmuebles es medio. Se estima que la mayor parte de los inmuebles en nuestro país cuentan con un certificado energético E, lo que supone un gasto energético alrededor de los 900-1.000 euros anuales.
- Clasificación energética F y G: Esto demuestra que el consumo energético de los edificios certificados con estas letras es muy elevado y perjudicial para el medioambiente. Se trata, habitualmente, de inmuebles antiguos con unas condiciones deficitarias que implican un derroche de energía. En estos casos, conviene aplicar medidas correctoras para mejorar su eficiencia energética. La letra G nos revela que se trata de edificios nada eficientes energéticamente.
¿Cómo saber la clasificación energética de mi inmueble?
Es a través del certificado energético como conocemos la letra que corresponde a nuestro inmueble según su consumo energético. Este será expedido por un técnico que podrá ser elegido libremente por el propietario del inmueble.
La persona autorizada para ello realizará un estudio en el que se tomarán datos de todos los componentes del sistema eléctrico del inmueble, materiales de construcción, calidad del aislamiento, iluminación, climatización… Con el fin de determinar el grado de eficiencia energético del mismo.
El certificado energético además de medir el consumo de energía de un edificio también determina las emisiones de CO2 del mismo y una vez expedido deberá ser inscrito en el Registro General de la comunidad autónoma que corresponda.
Conocer la clasificación energética de una edificación nos permitirá aplicar medidas correctoras con el fin de instaurar los parámetros de eficiencia energética y reducir así los costes derivados de la utilización de energía.
En definitiva, la clasificación energética —obligatoria en muchos casos— tiene como fin instaurar la edificación eficiente energéticamente para reducir el consumo de energía y proteger así nuestro planeta.
Seguramente ya sepas que existen los Edificios de Consumo de Energía Casi Nulos (EECN), inmuebles que requieren muy poca energía para funcionar y cuya escasa demanda es cubierta, únicamente, a partir de fuentes renovables y de su viabilidad en la actualidad, pues las nuevas construcciones deben cumplir con los requisitos de eficiencia energética establecidos.