Motivos por los que pasar a una compañía de energía alternativa
¿Qué es la energía alternativa?
Cada vez son más las comercializadoras que, además de ver en las energías alternativas un nicho de explotación nuevo y prometedor, abrazan una política de producción más ecológica y concienciada, una actividad económica cimentada en el desarrollo sostenible.
La energía alternativa que ofrecen las compañías «verdes» son aquellas que, valga la redundancia, se postulan como alternativa a las fuentes de energía más tradicionales —y contaminantes—. Es por esto que por defecto solemos utilizar el concepto de energía alternativa como sinónimo de energía renovable o limpia. Pero ¿es correcto asumir que son lo mismo?
Tipos de energía alternativa
Desde la Revolución Industrial, el modelo de producción de energía por defecto ha utilizado combustibles fósiles, una fuente que con el paso del tiempo está viendo sus reservas mermadas a pasos agigantados y que, además, conlleva emisiones nocivas derivadas de su obtención y uso.
A partir del surgimiento de las fuentes de energía alternativa a estos combustibles fósiles, podemos diferenciar entre aquellas que no son contaminantes y aquellas que sí, como la energía nuclear.
La energía alternativa que no contamina es aquella que conocemos habitualmente como energía renovable y limpia. Esta energía puede tener como fuente:
- El sol: a partir del uso de placas solares fotovoltaicas o colectores térmicos.
- El agua: el aprovechamiento de la energía cinética de grandes masas de agua o del movimiento de las olas.
- El viento: se captura la fuerza del viento a partir de aerogeneradores reunidos en parques eólicos y se traduce en electricidad.
- La temperatura de la tierra: en este caso se aprovecha las altas temperaturas del interior de la tierra que calientan bolsas de agua subterránea que, a su vez, son capaces de accionar turbinas para producir electricidad.
Como ya mencionamos anteriormente, a pesar de ser considerada por muchos como una energía alternativa, la energía nuclear produce una gran cantidad de residuos extremadamente nocivos, tanto para el medioambiente como para nuestra salud. Cuando se desintegra el núcleo atómico del uranio para producir energía, se generan residuos nucleares que tardan miles y miles de años en dejar de ser radioactivos.
También cabe destacar el caso de la biomasa y el biogás, fuentes renovables de energía alternativa que, aún así, son responsables de emisiones de CO2 a la atmósfera. No obstante la biomasa y el biogás siguen siendo alternativas preferentes a los fósiles pues no emiten tanto CO2 y sus emisiones pueden ser absorbidas por los vegetales cultivados para producir este combustible biológico.
Otras fuentes alternativas más desconocidas
Entre las energías alternativas más conocidas y establecidas también encontramos una serie de fuentes e ingenios que explotan recursos y fenómenos naturales insospechados. El primero de los ejemplos es el heliocultivo.
El heliocultivo consiste en un proceso por el cual se puede producir directamente combustible que no necesita ser refinado, mezclando agua, nutrientes, organismos fotosintéticos, CO2 y la luz del sol.
Otra forma muy ingeniosa de aprovechar las multitudinarias calles de las grandes ciudades es a través de la piezoelectricidad. Este proceso de producción de energía alternativa se sirve de materiales que son capaces de generar un campo electromagnético cuando se le aplica estrés mecánico. Podríamos producir una gran cantidad de energía colocando baldosas de este milagroso material en las aceras de las vías de las urbes más pobladas.
También se puede generar electricidad gracias a la diferencia de temperatura que presenta el agua del mar a diferentes alturas —conversión de energía termal marina o OTEC—.
Por último, los científicos y expertos manejan además la posibilidad de extraer Helio-3 —un isótopo no radiactivo— de la luna mediante proyectos de minería y construir paneles solares que orbiten alrededor de la Tierra y capturen la energía solar sin obstáculos ni filtros —como los gases presentes en la atmósfera terrestre—.
Como puedes ver, el futuro de la energía alternativa ofrece una enorme cantidad de opciones con mucho potencial. Si aunamos los avances tecnológicos, con el compromiso ecológico de las comercializadoras y un cambio en nuestro hábitos de consumo, seremos capaces de mitigar el daño que ha sufrido el medioambiente.