¿Qué es la basuraleza?
Según Libera, naturaleza sin basura, la palabra basuraleza se puede definir como:
- Residuos generados por el ser humano y abandonados en la naturaleza.
- Conjuntos de elementos generados por el hombre que alteran el equilibrio de los ecosistemas.
- Agente del cambio global que afecta a las especies y espacios naturales.
Basuraleza es el nuevo littering
El término basuraleza surge para denominar el littering, otro concepto que alude a la problemática que afecta a la biodiversidad presente en los distintos medios, tanto acuático como terrestre. Pero que según considera Libera no ha tenido la suficiente repercusión en la sociedad para concienciar acerca del problema de la basura en la naturaleza y que por ello se ha propuesto este nuevo concepto.
En post anteriores os contábamos que el littering hace referencia al acto intencionado de depositar basura en el medio natural, un gesto que cada vez afecta a más espacios y que se repite pese a ser conscientes del impacto ambiental que supone.
Desde Libera han lanzado una campaña llamada ‘1m2 por las playas y los mares’ en la que los ciudadanos puedan participar en la recogida de basura en el entorno natural con la intención de limpiar estos espacios y de clasificar el origen de los distintos residuos. Una segunda edición de esta campaña de recogida de residuos se celebrará entre los días 28 de septiembre y 7 de octubre.
La primera vez que se llevó a cabo esta iniciativa se organizaron salidas por las costas de 23 provincias llegando a recoger hasta una tonelada de basura de distinta procedencia, desde envoltorios de comida hasta colillas.
¿Cómo evitar la basuraleza?
En otras ocasiones te hemos hablado de la famosa regla de las ‘3Rs’ —reducir, reutilizar, reciclar— como clave fundamental para dejar de abultar las montañas de residuos o peor aún, evitar que los desechos acaben en entornos naturales como mares y bosques.
El primer paso para no generar tantos residuos es reducir nuestro consumo de productos y comprar lo necesario. A veces menos es más y cuando se trata de cuidar el planeta esta lógica siempre funciona.
Además de reducir el consumo descontrolado también hay que tener en cuenta la procedencia de los productos que compramos a menudo así como sus envoltorios.
Comprar productos de proximidad también ayuda a cuidar el planeta pero, ¿sabes por qué? En el caso de la comida por ejemplo, muchas veces adquirimos alimentos producidos a miles y miles de kilómetros pero no pensamos la cantidad de energía que se ha utilizado para traerlos hasta el supermercado de nuestra calle, es decir, el impacto medioambiental.
La reutilización es otra práctica que evita la basuraleza. La tendencia a comprar productos de ‘usar y tirar’ ha sido y es una de las causantes del incremento de los residuos en océanos y bosques. Así, un comportamiento sostenible y responsable con el entorno es reutilizar aquellos objetos que tras su uso principal se acaban desechando. Así que pensemos bien qué compramos y sobre todo cuáles son sus materiales, si son reciclables o si podemos darles nosotros una segunda vida en casa.
Y por último reciclar. El reciclaje además de aportar una segunda vida a los objetos destinados ser basura también reduce la contaminación y ayuda a combatir el cambio climático. Reciclar significa reducir el consumo de energía al no necesitar extraer, transportar y tratar nuevas materias primas. Y evitar la utilización de energía para nuevos procesos productivos implica una menor emisión de CO2.
Todo esto que te estamos contando está estrechamente relacionado con la economía circular. ¿Sabes en qué consiste? Te lo contamos en los próximos artículos.