Entendiendo la permacultura
¿Qué es la permacultura?
La permacultura es un sistema de diseño agrícola, social, político y económico basado en las características de nuestro ecosistema natural. Esta disciplina posee, a su vez, muchas ramas como pueden ser el diseño ecológico y ambiental, la ingeniería ecológica y la construcción y la gestión integrada de los recursos hídricos, que a su vez incluye la arquitectura sostenible y los sistemas agrícolas de automantenimiento.
La palabra permacultura es una contracción que en un principio hacía referencia a la agricultura permanente pero que, más tarde, pasó a incluir a la cultura permanente. Y es que se llegó a la conclusión de que muchos aspectos culturales son inseparables de un sistema de agricultura sostenible.
El origen de la permacultura
El término «permacultura» fue acuñado tal como lo conocemos hoy en día por los ecologistas australianos Bill Mollison y David Holmgren en 1978. Sin embargo, fue en 1929 cuando Joseph Russell Smith publicó su obra «Tree Crops: A Permanent Agriculture», donde ya hablaba de una agricultura permanente, una agricultura sostenible formada por árboles y cultivos bajo sus ramas, dentro de un mundo en el que todo está interconectado.
Los principios básicos de la permacultura
La permacultura está basada en tres principios éticos tales como:
- El cuidado de la Tierra, pues sin un planeta saludable, los seres humanos no pueden sobrevivir.
- El cuidado de las personas, es decir, asegurar que todos acceden a los recursos necesarios para sobrevivir.
- Repartición justa, o reinvertir los excedentes de la producción de nuevo en el sistema para que se repartan entre las dos primeras éticas.
Los 12 principios de diseño
Los tres principios éticos de la permacultura inspiraron a Holmgren para establecer 12 principios para llevar a cabo el diseño de un sistema sostenible. Estos principios son:
- Observar e interactuar, es decir, observar la naturaleza y aprender a crear sistemas integrados en ella.
- Captar y almacenar energía, es decir, idear formas sostenibles para generar y almacenar recursos naturales que permitan el desarrollo de generaciones futuras, recursos como las energías renovables, el agua, el suelo fértil, la biodiversidad, etc.
- Obtener un rendimiento, es decir, producir bienes que permitan a la sociedad sobrevivir.
- Aplicar la autorregulación y aceptar la retroalimentación, o lo que es lo mismo, diseñar sistemas que se gestionen prácticamente por sí solos.
- Usar y valorar los servicios y recursos naturales para, de esa forma, reducir nuestros impulsos consumistas y derrochadores.
- Dejar de producir residuos.
- Diseñar desde los patrones hacia los detalles, es decir, detectar patrones generales desde una perspectiva más amplia que sirvan como estructura y, a partir de ahí, implementarlos en los detalles más específicos.
- Integrar más que segregar. Esto se refiere a que, en un sistema sostenible basado en la permacultura, las conexiones que se establecen entre los elementos son más importantes que los elementos en sí, conexiones como las que se establecen entre los animales: depredación, parasitismo, simbiosis, etc. La cooperación fortalece el conjunto.
- Usar soluciones lentas y pequeñas, más fáciles de gestionar que aquellas más grandes y rápidas.
- Usar y valorar la diversidad, pues reduce la vulnerabilidad del sistema ante las amenazas.
- Usar los bordes y valorar lo marginal, porque es allí, entre tierra, agua y aire, donde podemos encontrar la mayor riqueza que ofrece la naturaleza.
- Usar y responder de forma creativa al cambio para obtener un impacto positivo.
Diseño por capas
Los sistemas naturales basados en la permacultura se pueden diseñar a partir de la superposición de una serie de capas como:
- El dosel arbóreo, compuesta por los árboles más altos del sistema.
- La capa de sotobosque, formada por los árboles que crecen debajo de los primeros.
- La capa de arbustos, compuesta por plantas perennes leñosas de altura limitada.
- La capa herbácea, formada por plantas que, cada invierno, se secan y regresan al suelo.
- La superficie de suelo, compuesta por plantas que crecen cerca del suelo.
- La rizosfera, formada por raíces, hongos, insectos, etc.
- La capa vertical, que hace referencia a las plantas escaladoras o enredaderas.
Como ves, es posible diseñar e implantar un sistema que abarque agricultura, sociedad, economía y política que sea sostenible, y es que la respuesta siempre estuvo delante de nuestros ojos, en la propia naturaleza y las relaciones que establece esta con todos y entre todos los seres vivos.