Rentabilidad energética: ¿Lo estamos haciendo bien?

Las inversiones en eficiencia energéticas son muy rentables y los expertos son conscientes de ello, pero, ¿realmente lo estamos haciendo bien? Hoy te contamos más.
9 ago 2022
Rentabilidad energética: ¿Lo estamos haciendo bien?
Que las energías limpias cubran el 100% de las necesidades del planeta ya no es cosa del pasado. En España, las energías renovables ya cubren más de la mitad de la demanda energética del país. ¿Cuánto tardaremos en decir adiós al carbón y el petróleo?

Buscando la rentabilidad energética de las energías renovables

El primer punto que nos viene a la mente son las energías renovables. Las energías renovables son, sin duda, el impulsor de un planeta más limpio y consciente de su naturaleza. Dejar a un lado a las viejas energías nos ayudará tanto en la salud del planeta como en la nuestra. ¿Qué mejor forma de invertir en el futuro que apostar por las energías renovables?

La preocupación por nuestro futuro es un tema recurrente en todas partes. Por eso, no es raro ver que muchos países apuestan por ello, financiando nuevos proyectos de investigación y desarrollo.

Baterías de almacenamiento y captura de CO2, la nueva rentabilidad energética

Además de invertir en energías renovables —lo cual sería la opción obvia—, existen otros dos campos relacionados con la energía renovable muy interesantes y que pueden beneficiar a todos. Las baterías, usadas en los coches eléctricos, y la captura de CO2.

Baterías de almacenamiento como rentabilidad energética

Se espera que cada año aumente un 23% el número de coches eléctricos, con lo que ello supone. Cada coche debe tener una batería, ¿por qué no apostar por ese negocio? Además, gracias a las baterías podemos almacenar la energía sobrante que nuestras instalaciones generen. Con las nuevas tecnologías y mejoras, se espera que su coste se reduzca, igual que sucedió con los paneles solares.

Captura de CO2, ¿eso tiene rentabilidad energética?

Aún está en fase de desarrollo pero es una buena oportunidad de apostar por un mundo más limpio. Capturando el carbono del aire, eliminamos esa contaminación, a la vez que le damos un nuevo uso al Co2 capturado. ¡Reutilizar y reaprovechar, esa es la clave!

Estas centrales funcionan de una manera muy simple: capturan el aire de su alrededor, comprimiendo el CO2. Este puede ser almacenado o transportado por mar o gaseoducto. Si se almacena, esto se haría en formaciones geológicas bajo tierra. En caso de reutilizarse, se puede usar para crear combustibles sintéticos y otros productos. Con una fábrica de estas, lograríamos ese objetivo de cero emisiones. ¡Dile adiós a la contaminación del petróleo!