La desertificación y sus consecuencias

¿Conoces las causas y el impacto ambiental de la desertificación? Es un proceso cuya responsabilidad recae en la acción humana y por el cual estamos perdiendo zonas de tierras productivas.
15 abr 2019
La desertificación y sus consecuencias
Según la Convención de Lucha contra la Desertificación puesta en marcha por la ONU —en adelante CLD— celebrada por primera vez en París en el año 1994, se entiende por desertificación “la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultante de diversos factores, tales como las variaciones climáticas y las actividades humanas”.

El objetivo de la CLD es “luchar contra la desertificación y mitigar los efectos de la sequía en los países afectados por sequía grave o desertificación, en particular en África, mediante la adopción de medidas eficaces en todos los niveles”, pero ¿se está cumpliendo?

En este artículo abordaremos las causas y posibles consecuencias que tiene y tendrá la desertificación de distintas zonas del planeta, especialmente en las regiones con menos recursos de África o Asia, donde millones de personas vivirán en zonas desertificadas en los próximos años si no se toman medidas contundentes al respecto.

Diferencia entre desertificación y desertización

Teniendo en mente la definición proporcionada antes acerca de la desertificación y sabiendo que se trata del proceso que lleva a las tierras a pasar de ser suelos fértiles a estériles por causas humanas normalmente, tenemos que aclarar que desertificación y desertización son términos diferentes.

Así, la desertización hace referencia al proceso evolutivo natural por el que una región se transforma en un desierto, reflejando así las condiciones morfológicas y climáticas este tipo de paisaj. Viento, agua o temperatura, por ejemplo, son factores que ocasionan el desgaste de la superficie de la tierra y, por tanto, acaban erosionando el terreno, algo que después de mucho tiempo puede ocasionar la desertización del mismo.

Causas de la desertización

Una vez entendemos en qué consiste la desertificación veamos los causantes, humanos mayormente, de paisajes estériles y desprovistos de cubierta vegetal —responsable de mantener la capa fértil del suelo—:

  • Tala de árboles masiva.
  • Agricultura intensiva que consume los nutrientes disponibles en el suelo. O también el uso de técnicas incorrectas y la aplicación de pesticidas. Un dato que permite conocer la magnitud del problema es que el 77% de la tierra agrícola se utiliza para la producción de piensos y pasto para el mantenimiento de la ganadería.
  • Excesiva carga ganadera —sobrepastoreo— que dificulta la renovación de las plantas al ritmo que son consumidas por los animales.
  • Explotación descontrolada del agua así como la contaminación de los acuíferos.
  • Expansión de las ciudades que requiere de la eliminación de zonas vegetales.

En definitiva, las causas de la desertificación derivan de las malas y abusivas prácticas de los suelos, sin tener en cuenta que la fertilidad de los mismos es uno de los aspectos más importantes que provee de recursos a la vida humana.

Consecuencias de la desertificación

La consecuencia directa de la desertificación de regiones enteras es la incapacidad para generar alimento para mantener a toda la población. Esta crecerá en los próximos años y la producción de sustento también debe hacerlo. Se estima que el aumento será de hasta un 50% lo que supone una explotación de la tierra aún mayor que la actual.

Las inundaciones serían un grave problema en zonas desertificadas ya que un suelo desprovisto de vegetación absorbe menos agua que un lugar lleno de árboles. Asimismo, la producción de agua también se vería afectada ya que una de las funciones de los las plantas es retener el agua que para luego evaporarse de nuevo y formar nubes. Agua que al discurrir por la superficie genera ríos y lagunas y al filtrarse en el interior, acuíferos.

En definitiva, las consecuencias derivadas de la desertificación modificarían el transcurso de la vida tal y como lo conocemos hoy día al poner en serio peligro la generación de los recursos necesarios para la misma.