Consecuencias del uso del carbón como fuente de energía
La generación de energía a partir del carbón es una práctica que lleva años y años desarrollándose por lo que su impacto medioambiental resulta extremadamente nocivo.
Las industrias siguen utilizando la combustión del carbón como práctica para producir electricidad debido a su bajo coste y las grandes reserva que existen de este roca sedimentaria. Por lo que la emisión de CO2 es constante llegando a alcanzar niveles, incluso, peligrosos para la salud.
Pero no sólo su combustión es el responsable de emisión de partículas contaminantes y en consecuencia de numerosas enfermedades respiratorias, sino que el transporte y almacenamiento de esta materia prima también está causando un fuerte impacto medioambiental, al liberarse diferentes agentes contaminantes.
Pese a su uso masivo, la eficiencia energética del carbón no es mucha, pues se estima que sólo se aprovecha aproximadamente un 35% del carbón total que se utiliza para producir energía.
A pesar de los numerosos inconvenientes y perjuicios que genera el carbón como fuente de energía en España contamos con unas 16 centrales térmicas de este mineral.
Existen numerosas alternativas renovables para obtener energía sin depender del carbón. La organización ambientalista GreenPeace estima que es posible dejar de depender de esta fuente de energía y que, además, es necesario hacerlo si queremos frenar el cambio climático. Incluso propone como fecha final de su uso el año 2025, pero para ello deben impulsarse medidas que obliguen a abandonar esta práctica altamente contaminante y con efectos nocivos para salud.