Organizaciones comprometidas con el medioambiente: Normas ISO
Esa actuación para mitigar los efectos negativos del efecto invernadero ya ha sido puesta en marcha por los organismos a través de diferentes prácticas.
Una de las alternativas propuestas es la exigencia de certificados de gestión medioambiental por parte de los gobiernos a la hora de realizar contrataciones públicas. Por ello, la Ley 9/2017, del 8 de noviembre, de Contratos del Sector Público, establece que en toda contratación pública se incorporarán de manera transversal y preceptiva criterios sociales y medioambientales siempre que guarde relación con el objeto de contrato.
Incluso esta misma ley, en uno de sus artículos, contempla la no contratación de organizaciones que hayan cometido infracciones graves en materia medioambiental.
En este sentido, para el cumplimiento de estos requisitos las empresas cada vez tienen más en cuenta estos criterios medioambientales exigidos, a partir de la utilización de energías renovables, por ejemplo.
Para acreditar que la empresa que accede a la oferta pública cumple con las normas de gestión establecidas, será necesario la presentación de certificados relacionados expedidos por los organismos establecidos en cualquier Estado miembro de la Unión Europea y cuyo reconocimiento esté recogido en el reglamento.
Normas ISO 14000
En materia de regulación medioambiental las normas ISO 14000, establecidas por Organización Internacional de Normalización (ISO) son un referente, estableciendo principios de actuación en la consecución de una organización comprometida y responsabilizada con las necesidades ambientales.
Dentro de este conjunto de normas ISO 14000, destaca la ISO 14001 —norma internacional de sistemas de gestión ambiental (SGA)— diseñada para ayudar a cualquier organización, independientemente de su tamaño, a reconocer y manejar los posibles riesgos ambientales con el fin de crear buenas prácticas al respecto.
Otra norma relacionada con el medioambiente es la ISO 5001, por la cual se establecen prácticas eficientes energéticamente para mantener y optimizar el sistema de gestión de energía de una entidad.
Beneficios para las empresas de estas normas
- Mayor posibilidad de acceso a ofertas públicas que requieren una certificación en materia de medioambiente.
- Aumento reputación en positivo y mejora de la imagen de la organización.
- Reducción costes al implantar prácticas de optimización de energía y eficiencia energética.
- Aumento de la capacidad de captar clientes comprometidos con el respeto y cuidado del medioambiente.
- Evitar problemas judiciales al cumplir con las normas establecidas en este ámbito.
Compromisos mundiales con la recuperación del planeta
A nivel mundial, la ONU con la implantación de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible pretende conseguir un mundo mejor para 2030 en el que todos tengamos acceso a la energía renovable y sostenible.
Entre todos los objetivos propuestos, concretamente el número 7 —garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos— y el número 13 —adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos— son los relacionados con el mantenimiento y sostenibilidad del medioambiente.
Algunas de las metas recogidas por la ONU que se pretenden conseguir con estos objetivos son:
- Aumentar la proporción de energías renovables respecto a la producción total de energía.
- Duplicar la tasa mundial de mejora de la eficiencia energética.
- Mejorar las infraestructuras y la tecnología que permitan ofrecer servicios energéticos modernos y sostenibles en todos los países en desarrollo del mundo.
- Incorporar medidas relativas al cambio climático en las políticas, estrategias y planes nacionales.
- Mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional respecto de la mitigación del cambio climático, la adaptación a él, la reducción de sus efectos y la alerta temprana.
Futuro sostenible
Un ejemplo cercano de la implantación de prácticas sostenibles son las casas pasivas, en cuya construcción se tienen en cuenta diferentes parámetros que ayuden a conseguir un ahorro energético a partir de la climatología o de la vegetación del lugar.
Otra idea que surge relacionada con el anterior ejemplo son los Edificios de Energía Casi Nula (EECN), es decir, inmuebles con una necesidad mínima de energía. Existe una normativa europea que establece que todos los edificios de nueva construcción deberán ser de esta categoría y antes de 2019 deberán serlo todos los inmuebles públicos.
Ambas alternativas disminuirían las elevadas emisiones de CO2 de las que son culpables los edificios.
En definitiva, los organismos públicos y las distintas organizaciones están obligados a actuar bajo parámetros de eficiencia energética y responsables con el medioambiente. Cada vez, con mayor frecuencia, los certificados de gestión medioambiental son requeridos por entidades públicas y particulares comprometidos con el problema del cambio climático para la tramitación de contratos.
Si estás comprometido con la situación medioambiental que sufre el planeta y quieres empezar a actuar contrata tus suministros en compañías que trabajan únicamente con energía 100% renovable, un ejemplo es eGREEN.