El futuro de los coches diésel en España
En sus inicios el diésel se concibió como una alternativa viable por su supuesta sostenibilidad y eficiencia para acabar con las contaminantes máquinas de vapor.
Al final ha resultado que el diésel es un combustible mucho más contaminante que la propia gasolina —además de CO2 emite óxido nitroso— y por ello una de las medidas que se está tomando a nivel mundial es reducir y, en un futuro, eliminar por completo, la circulación de los coches diésel así como también los que funcionan con gasolina y los denominados como híbridos.
“A partir del año 2040 no se permitirá la matriculación y venta en España de turismos y vehículos comerciales ligeros con emisiones directas de dióxido de carbono” por lo que como ya podíamos ver en el Real Decreto-ley 15/2018, de 5 de octubre, de medidas urgentes para la transición energética y la protección de los consumidores, se necesita facilitar la adquisición de vehículos eléctricos así como aumentar notablemente los puntos de recarga.
Aunque en 2040 se han establecido ciertas limitaciones respecto a los vehículos con emisiones no será hasta 2050 cuando veamos el fin de los coches diésel. El propósito para entonces, además de prohibir la matriculación y venta de vehículos de este combustible, será de evitar la circulación de vehículos con emisiones de CO2.
España se sitúa a la cola de las actuaciones contra el cambio climático o de los objetivos europeos de instaurar una economía descarbonizada pues encontramos países como Noruega, Austria, Escocia o Dinamarca que han anunciado el fin del diésel entre 2020 y 2032, hasta 20 años antes que nuestro país.
Aunque la implantación de estas medidas no es inminente, el anuncio del fin de los coches diésel está calando en la población pues según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) los españoles hemos comprado más coches de gasolina —57,2%— que de diésel —37%—.
Reducción de emisiones de CO2 en España
España, en el camino para cumplir con los objetivos europeos de reducción de emisiones de CO2, ya ha empezado a tomar medidas. En este borrador encontramos algunos objetivos como estos para 2030:
a) Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del conjunto de la economía española en, al menos, un 20% respecto de 1990.
b) Alcanzar una penetración de energías de origen renovable en el consumo de energía final de un 35%.
c) Alcanzar un sistema eléctrico donde al menos un 70% de la generación de energía sea de origen renovable.
d) Mejorar la eficiencia energética disminuyendo el consumo de energía primaria en al menos un 35% con respecto a la línea de base conforme a la normativa comunitaria.
Otras formas de movilidad sostenible
Los combustibles fósiles tienen los días contados y el fin de los coches diésel así como los de gasolina o híbridos es cuestión de tiempo.
El transporte como uno de los principales responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera es un sector que debe renovarse y donde actualmente ya encontramos alternativas al uso de combustibles fósiles como la gasolina o el diésel.
Para reducir la emisión de gases una buena práctica es el uso del transporte público o compartir nuestro vehículo a la hora de ir a trabajar. Sin embargo, si estas medidas te parecen obsoletas y anticuadas, eres de esas personas que no vive sin conducir y que hasta para bajar a por el pan coge el coche o prefieres utilizar tu automóvil particular, el carsharing o motosharing puede ser tus aliados.
Ambas prácticas consisten en el alquiler por un determinado de tiempo de una moto o coche eléctrico. Sin duda es la opción más sostenible y respetuosa con el medioambiente.
En definitiva, conviene tener en cuenta que el fin de los coches diésel es próximo y buscar otras alternativas de movilidad sostenible y el vehículo eléctrico, pese a sus limitaciones como la autonomía en la que continuamente se están desarrollando baterías más potentes.