¿Cómo pueden las empresas perfeccionar su eficiencia energética?

Es muy importante implementar la eficiencia energética en nuestra empresa con tres objetivos: ahorrar en las facturas de los suministros, cumplir con la normativa dispuesta y proteger los recursos de nuestro planeta.
8 jun 2020
¿Cómo pueden las empresas perfeccionar su eficiencia energética?

La crisis climática irreversible del presente provoca que la comunidad científica busque alternativas más sostenibles que contribuyan a reducir la capa de efecto invernadero provocada por la sobreexplotación de recursos como los plásticos y combustibles como el petróleo. En un intento por aumentar la eficiencia energética, las empresas barajan las opciones del mercado para adquirir los sistemas que mejor se adapten a sus necesidades y garantizar, de este modo, un entorno ecológico más, limpio y menos contaminado.

La adopción de medidas eficientes comportan una serie de beneficios económicos, sociales e industriales. Reducir el consumo energético a través de sistemas adaptados a la realidad tecnológica asegura también el ahorro considerable en las facturas eléctricas mensuales. Se trata de una doble vertiente que, por un lado, beneficia al medio ambiente y, por el otro, al nivel económico de los usuarios, ganando así una mayor calidad de vida.

La eficiencia energética, mejora la imagen de la empresa a la vez que cumple normativas

Reducir las pérdidas energéticas contribuye de manera positiva a la imagen de la empresa, en tanto que ya se está sumando al carro de las directrices de la Unión Europea (UE) para erradicar por completo las emisiones de partículas nocivas para la salud del planeta. En este sentido, la compañía mejora su nivel de competitividad a través de la implantación de sistemas que reducen el impacto del calentamiento global.

Así, la UE asumió el objetivo 20-20-20, que consistía en que para el año 2020:

  • Reducir las emisiones de Co2 en un 20%.
  • Aumentar la eficiencia energética de los hogares en un 20%.
  • Impulsar las energías renovables para las instalaciones de consumo doméstico en un 20%.

No es lo mismo garantizar la eficiencia en una vivienda que en una empresa. Primero,  porque en un hogar suele habitar una unidad familiar con una media de 4 personas, mientras que en una compañía está formada por más miembros e integrantes que se comportan de manera diferente y cada uno tiene una función determinada de aportar su grano de arena en la lucha a favor del ahorro de consumo. Se recomienda, en este sentido, que se establezcan una serie de normas que se asignan en conocimiento de todos los trabajadores.

Pasos para implementar la eficiencia energética en tu negocio

Sin embargo, se podría decir que antes de determinar las soluciones, se deberían detectar los problemas. Es decir, de dónde pueden proceder las pérdidas de eficiencia energética en la empresa. Dos buenas formas de saberlo son:

  • En primer lugar, conseguir un Certificado de Eficiencia Energética (CEE) puede ayudar a decidir qué tipo de aparatos electrónicos causan severos derroches de energía y, por tanto, de dinero en la factura. Este documento se obtiene mediante el análisis de la compañía, tanto de las características del entorno como la distribución de los espacios y la influencia de la climatología de la zona en la que se sitúa el comercio o local en cuestión.

Tras el análisis de tales patrones, el CEE otorga una determinada nota que va desde la más alta, la A, que determina el alto nivel de eficiencia energética; a la letra G, la menor. Además, el técnico profesional que lleva a cabo la inspección suele aprovechar la ocasión para aconsejar a los propietarios sobre cómo mejorar en ciertos aspectos.

  • En segundo lugar, entender la factura eléctrica sirve para reducir el consumo sin la necesidad de instalar mejores equipos y sistemas. La clave no se encuentra en conocer el nivel de suministro que al mes se gasta y la potencia eléctrica contratada. En ocasiones, la potencia se encuentra en niveles por encima de nuestras posibilidades, por lo que habría que llamar a la empresa comercializadora para que lo regulen. En otras, es probable que los aparatos electrónicos consumen mucha energía. En consecuencia, habría que considerar la posibilidad de cambiarlos por otros mejores.