Energía eólica, ¿cómo se produce y cómo se transporta?
Pero ¿cómo es posible transformar la influencia del viento en energía eléctrica? Y sobre todo ¿cómo llega a nuestros hogares?
En este artículo te explicaremos el proceso de producción y distribución de este tipo de energía renovable y limpia. Y comenzaremos por los aerogeneradores, el ingenio mecánico que hace posible el consumo de la energía eólica.
Producción y distribución
¿Recuerdas haber visto un grupo de mastodónticas hélices blancas repartidas por una explanada mientras viajabas por la costa? Esos imponentes constructos son precisamente aerogeneradores —la versión más moderna de las turbinas eólicas— y la llanura, un parque eólico.
Estos aerogeneradores son los aparatos que hacen posible el aprovechamiento de la energía eólica. Estos modernos molinos poseen una veleta y un anemómetro para medir la dirección y la velocidad del viento —respectivamente— y actuar en consecuencia. En caso de que la fuerza del viento supere los 90 km/h, el aerogenerador se detiene y sus palas se colocan «en bandera» —giran sobre sí mismas— para ofrecer la menor resistencia posible y evitar riesgos para la seguridad.
Volviendo a su funcionamiento, las palas del rotor —esas hélices que puedes ver girando de forma constante— reciben el viento y transmiten su fuerza a través del eje de baja velocidad. Estas palas pueden llegar a medir hasta 60 metros y están elaboradas a partir de un material extremadamente ligero y resistente.
Dicho eje de baja velocidad gira a la misma velocidad que las palas —de 7 a 12 vueltas por minuto, insuficiente para producir electricidad— pero, al estar unido a una multiplicadora —un sistema de engranajes—, transmite al eje secundario o de alta velocidad una velocidad de giro 50 veces superior —1.500 rpm—.
A continuación, un generador —que está comunicado con el eje secundario— convierte la energía mecánica del giro en energía eléctrica. Esta energía es de corriente continua, la cual viaja por el enorme mástil hasta un convertidor colocado en la base. Este convertidor transformará la corriente continua en alterna y el transformador elevará su tensión para que sea posible distribuir la electricidad con las menores pérdidas posibles.
Esta corriente alterna se dirige hasta la subestación y, a partir de ahí, hasta nuestros hogares, gracias a la labor de las distribuidoras eléctricas y la red de consumo.
Llegados a este punto, cuando vuelvas a ver un parque eólico, seguro que puedes fardar de tus conocimientos sobre la energía eólica y los aerogeneradores ante tu familia y amigos. Como ya habrás comprobado, su funcionamiento es bastante sencillo y no hace falta ser un experto para conocer de qué forma el viento puede alimentar de energía limpia nuestros hogares.